Salud Natural Integral.

El funcionamiento de las terapias naturales consiste en estimular al cuerpo “enfermo” para que despierte las fuerzas autocurativas que le son innatas, ya que el tipo de vida que llevamos en las sociedades más desarrolladas, hace que las personas cada vez estemos más lejos de nuestra propia naturaleza y perdamos la capacidad de mantenernos sanos.

 

¿Y qué es mantenerse sano? Es encontrarse a gusto con uno mismo; estar bien físicamente, mentalmente y espiritualmente.

Es mantener el correcto equilibrio de lo que en kinesiología denominamos el triángulo de la salud:

 

- Química (nutrición, agua, toxicidad..)

- Estructura (huesos, músculos, articulaciones..)

- Psiquismo (sistema nervioso, pensamientos, emociones)

 

Ante cualquier enfermedad o proceso previo que amenace la salud, las terapias naturales, tanto si actúan solas como si complementan tratamientos médicos, operarán siempre en beneficio de la persona de varias maneras:

 

Restituyendo las capacidades autocurativas del organismo y fortaleciendo el sistema inmunológico.

 

Reequilibrando la estructura corporal y facilitando así la correcta transmisión nerviosa a los órganos afectados.

 

Desintoxicando el cuerpo y aportando los nutrientes necesarios para la salud en general y para cada patología en particular.

 

Restaurando el nivel de vibración correcto en las zonas afectadas mediante la acción directa o refleja sobre dichas áreas.

 

Propiciando el equilibrio entre mente y cuerpo, necesario para resolver los conflictos internos, muchas veces inconscientes, que facilitan el desarrollo de la enfermedad.

 

Eliminando el estrés propio de la situación de enfermedad, y aportando calma y paz para afrontar el proceso de curación.

 

Educando en hábitos saludables.

 

Desde esta visión holística del ser humano, para la completa recuperación de cualquier problema de salud, han de tratarse todos los aspectos que influyen en ella de forma directa y que se deben valorar en cada caso concreto.

 

Las terapias naturales trabajan con el paciente de forma natural y holística, afectando a todos sus cuerpos y devolviéndole la armonía natural propia de un organismo sano y equilibrado.

 

Alivian los síntomas de enfermedades crónicas y solucionan numerosas afecciones comunes evitando la ingesta de fármacos o aumentando notablemente sus efectos, lo que disminuye la dosis necesaria y reduce el tiempo de convalecencia.

 

Además, independientemente del estado de salud, constituyen por sí solas un estupendo medio de prevención y bienestar.