La leche, alimento a suprimir.

La leche y los lácteos constituyen una parte importante de la dieta occidental, desde los medios de comunicación y desde la propia clase médica se nos bombardea continuamente con la necesidad del consumo de lácteos y se nos propone a estos como una de la soluciones al cada vez mas frecuente problema de la osteoporosis. Mientras tanto, las empresas de lácteos se llenan los bolsillos y  aumentan sus producciones para atender la demanda que ellos mismos crean.

 

 

 

Con este articulo, se pretende dar a conocer el otro lado que siempre tienen todas las cosas, ese lado que generalmente se trata de ocultar porque va en contra de los intereses económicos de las grandes empresas.

Se pretende aclarar el por qué la leche de vaca natural no tiene que ser un alimento necesario para el ser humano, y el cómo la leche procesada por la industria alimenticia es un verdadero cóctel de tóxicos que mas valdría evitar si de verdad nos interesa nuestra salud y la de nuestras hijos.

La leche

Puede que la leche fresca y cruda de vaca, cabra, oveja, camella, yak y otros animales similares tenga muchos elementos y cualidades nutritivas, pero su composición química difiere de la leche humana, y carece del campo energético humano, de la cualidad de humano. Cuando esta leche es a su vez pasteurizada y homogeneizada, y cuando se le añade calcio y vitaminas sintéticas, puede ser cierto decir que es una sustancia totalmente diferente de la que va directamente del pezón de la madre a la boca de su hijo (sin ni siquiera estar expuesta al aire), y como tal, tiene que tener un efecto totalmente diferente.

Según el criterio moderno de nutrición, la leche (pasteurizada, homogeneizada, vitaminada) es un alimento excelente debido a su riqueza en proteínas y calcio.

En el plano espiritual, la leche nos reúne con la energía materna y alienta esos sentimientos asociados con nuestra infancia: las emociones a flor de piel, la risa fácil, las lagrimas fáciles, la satisfacción y la dependencia. Nos mantiene en inocente felicidad y ausencia de plena conciencia. Mientras consumimos leche o productos lácteos con regularidad, no habremos sido totalmente destetados, y así, al margen de nuestra edad cronológica, continuamos siendo incapaces de desarrollar en plenitud el potencial de un adulto. Recordemos las palabras de san Pablo a los hebreos en su epístola (5:12-13): << Habéis vuelto a necesitar leche en vez de alimento sólido; y claro, los que toman leche están faltos de juicio moral, porque son niños>>.

El sentido común nos hace ver que la leche es para los lactantes y que en la naturaleza los animales adultos no maman y menos de hembras de otra especie. La leche es para mamarla, de hecho, desde que se ordeña empieza a estropearse rápidamente. El hombre lo soluciona esterilizándola con calor de manera que pueda seguir “mamando” de la vaca. Pero, ¿es lo mismo mamar de la madre que mamar de la vaca?. Evidentemente no.

La leche es un alimento para lactantes. Con la edad la capacidad digestiva y metabólica disminuye y la leche deja de ser un alimento saludable. Para muchas personas los lácteos constituyen la fuente mas importante de toxinas, quizá por la cantidad tan elevada que de ellos consumen.

La toxicidad de los lácteos, no se debe solo a la generada en la actividad industrial, sino, sobre todo, a la producida en el propio organismo por el tipo y la cantidad de proteínas que contienen. Son tan ricos en ellas que algunos autores denominan la leche “carne liquida”.

La Leche Materna

La leche materna es el único alimento que el lactante recibe en el comienzo de su vida, es por tanto un alimento completo, capaz de nutrir y hacer crecer rápidamente a los bebes. Es tranquilizadora para el animo y portadora del calor vital que permitirá al niño desarrollar sus capacidades de amor y cariño. A esto se debe que la leche, en general, se venga a asociar con la buena nutrición y con la felicidad, tranquilidad y candor de la infancia. Según Hauschka, <<la leche prepara el cuerpo para ser habilitado por el alma y el espíritu. Baja a la persona a la tierra y le da el aprecio por la unidad de la raza>>. Hoy en día, rara es la madre que da el pecho a su hijo hasta los 6 o mas meses, lo más es hasta los 2 o 3 meses y así vemos, como cada día se forman mas y mas niños con leches artificiales que construyen este mundo artificial en el que vivimos desprovisto de valores morales y de amor.

La leche humana esta hecha para el metabolismo humano y la de vaca para el metabolismo de ese animal. Si introducimos leche de vaca en nuestro cuerpo tendremos un exceso de proteínas y de calcio (mas aun si la leche es enriquecida con calcio) que el cuerpo tiene que eliminar con trabajo extra. En el adulto medio actual los mecanismos de eliminación están mas bien entorpecidos y ralentizados. Los órganos de eliminación ( hígado, riñones, intestinos, pulmones), saturados de productos generadores de tóxicos desde la infancia, han ido perdiendo su efectividad y el cuerpo se ve obligado a buscar otros caminos de salida a esos tóxicos, generalmente a través de la piel y mucosas de todos los orificios corporales. La materia que no puede salir genera pus o moco que es el medio ideal para el cultivo de bacterias. Así pues, los productos lácteos son un terreno abonado para el cultivo de infecciones y ... ¿ de que enfermedades están llenas las consultas de los médicos hoy en día?. El caso es que estos problemas de infecciones repetidas, alergias, problemas de piel, etc, tienden a remitir cuando se eliminan los lácteos de la alimentación.

 Análisis comparativo entre la leche humana y la leche de vaca

 X 100 g de alimento ingerido

 

 

Proteínas

Grasas

Glúcidos

Agua

Colesterol

Na

K

Ca

P  /  Mg

Leche materna

  1,2

 3,7

 7,1  

87,7

  25

 15

  53

 31

  15  /  4

Leche vaca fresca

 

  3,3

 

 3,8

 

  4,8

 

 87,5

 

  12

 

 48

 

 157

 

 120

 

  92 /  12

 

Las proteínas de leche de vaca son un  82% caseínas y 18% lacto albúmina. Los glúcidos son lactosa, las grasas la mayor parte saturadas y colesterol mientras que en la leche humana hay mayor cantidad de ácidos grasos poli insaturados.

Las diferencias de los parámetros señalados para la leche de vaca fresca y las leches de vaca pasteurizada o uperizada no tienen grandes variaciones, en cambio, las diferencias en cuanto a la cantidad de vitaminas (no señalada) si varia de unas a otras. En general observamos una mayor cantidad de vitaminas en la leche humana a excepción de las vitaminas B1, B2 y B6 que se encuentran en mayor cantidad en la leche de vaca fresca. En el caso de la vitamina C observamos que la leche materna contiene 5 mg/100g mientras que las leches pasteurizadas o uperizadas contienen 1 mg/100g.

La cantidad de proteínas en la leche humana es de unas tres a cuatro veces menor que la de vaca y además son de diferente composición. La excesiva cantidad de caseína (82%) en la leche de vaca neutraliza la acidez gástrica favoreciendo las infecciones gástricas. Además se coagula en grumos gruesos que no pueden ser bien digeridos. Por otro lado, la leche de vaca contiene casi cuatro veces mas calcio que la leche humana. Es, en efecto, perfecta para satisfacer las necesidades de desarrollo de un ternero que, cuando crezca, pesara tres o cuatro veces lo que pesa un adulto humano.

La proporción de calcio-fósforo en la leche humana es de 2,35:1 pero en la de vaca solo es de 1,27:1. En el tubo digestivo el fósforo puede combinar con el calcio e impedir, en realidad, la absorción del calcio. Paradójicamente se absorbería menos calcio de la leche de vaca (rica en calcio) que de la leche materna humana (baja en calcio).

La leche humana tiene algo más de grasa (3,7g) que la leche de vaca pasteurizada (3,5g). En cambio, la leche de vaca fresca tiene algo más (3,8g). En realidad este valor de la grasa es el que mas se asemeja en ambas leches, todos los demás son distintos.

La cantidad de glúcidos de la leche humana (7,1g) es superior a la cantidad que se encuentran en la leche de vaca (4,8g). Esto podría explicar la costumbre de endulzar la leche de vaca. Es decir, el consumo de leche de vaca o derivados genera una necesidad de glúcidos al organismo, es por eso también, que la leche ha de ir acompañada de alguna galleta.

La leche humana tan solo tiene 15 mg de sodio, contra los 48 mg de la leche de vaca. Esto unido a la adición de sal a los quesos es una de las fuentes del exceso de sodio en las dietas.

En la leche humana la proporción de minerales a proteínas, de proteínas a glúcidos y de glúcidos a agua, es bastante regular, alrededor de 1:8 a 1:9. Solo las grasas rompen esta progresión. El bebe necesita energía para su desarrollo, por eso el alto contenido en grasas, pero no en proteínas. Por otro lado la leche humana es rica en ácidos grasos linoléico, fundamental para la maduración del sistema nervioso del bebe.

Pero de todas las diferencias la mas espectacular es la de las hormonas de crecimiento que junto con el contenido proteico hacen posible el rápido crecimiento de los neonatos. Mientras un bebe dobla su peso en 6 meses, ganando unos 7 kilos, un ternero lo hace en 47 días, ganando hasta mas de 100 kilos.

Las proteínas de la leche de vaca “formulada” por la industria para bebes, son estables en el estomago durante 60 minutos, mientras que las de la leche materna lo son solo 15. Las proteínas extrañas entran en el intestino delgado intactas, produciendo una sensibilización prematura que puede ser una causa importante en el desarrollo del asma y eccemas infantiles.

Los bebes alimentados con leche materna, desarrollan sus estructuras óseas mejor que los que lo son con preparados elaborados con leche de vaca, a pesar de la mayor riqueza en calcio de los últimos. La clave parece estar en la relación calcio/fósforo,  como ya dijimos, en la leche humana hay el doble de cantidad de calcio que de fósforo (relación 2,35:1) y esto favorece la absorción intestinal y la formación del hueso, mientras que en la de vaca la cantidad relativa de calcio nos da una relación con el fósforo  de 1,27: 1 lo que hace que el calcio sea peor absorbido.

La transformación de la leche

El conjunto de transformaciones físico-químicas que lleva a cabo la industria alimenticia con la leche de vaca son tales que podemos afirmar que lo que llamamos leche hoy en día es un producto artificial que en poco tiene que ver con la leche que sale directamente de la vaca.

Pasteurización 

En el proceso de pasteurización se calienta la leche a 74ºC durante 15 segundos, seguido de enfriamiento rápido a 4 ºC, de esta manera se destruyen los microorganismos pero también vitaminas y enzimas necesarias para la digestión de su alto contenido proteico. Estos inconvenientes son mayores en las leches esterilizadas a altas temperaturas, la U.H.T. de larga duración (calentamiento durante 3 segundos. a 150 ºC seguido de enfriamiento a 83 ºC y envasado.)

En la leche sin pasteurizar los microorganismos se multiplican rápidamente, esto también ocurre en las leches pasteurizadas aunque en menor velocidad. A pesar de guardar en la nevera la leche abierta, la población microbiana puede doblarse en 35 horas.

En pruebas realizadas con animales, terneros que fueron alimentados con la leche  de su madre previamente pasteurizada no vivieron más de 6 semanas. En animales de laboratorio alimentados con leche pasteurizada durante varias generaciones, se observo un aumento de los problemas de salud, entre ellos una capacidad reducida de reproducción. Hoy, más que nunca, y debido a múltiples factores y entre ellos este, los problemas de infertilidad son comunes en nuestra sociedad.

En los últimos años se ha visto en USA un ascenso de la salmonelosis y otras infecciones como las producidas por estafilococos E. Coli y virus relacionados con la leucemia, transmitidas por los alimentos, principalmente huevos y lácteos. Independientemente de que la enfermedad se desarrolle, la presencia de estos microorganismos en la leche contribuye, como fuente de estimulación antigénica, al estrés inmune.

Durante la pasteurización, además se reduce en un 50% la cantidad de vitamina C.

 

Homogeneización

La leche se somete también al proceso denominado homogeneización para mejorar su textura. Se reduce el tamaño de los glóbulos de grasa al menos diez veces, y esto puede aumentar el riesgo de padecer ataques de corazón a los grandes consumidores de leche. La razón es que, con los pequeños glóbulos de grasa, la enzima bovina xantin-oxidasa puede pasar intacta las paredes intestinales, llegar a la sangre, y destruir un componente de las membranas celulares del tejido cardiaco. Pero no solo esta enzima, sino que muchas hormonas ven facilitado su paso directo al torrente sanguíneo por este proceso, según señala el doctor Oster.

El desnatar la leche podría ser contraproducente porque estaríamos tomando un alimento parcial, que no esta en proporciones naturales. Es mas, la nata podría colaborar en la asimilación del calcio de la leche; de ahí se sigue que la leche desnatada podría generar una carencia relativa de calcio, aun ante el aparente exceso de calcio de la leche de vaca. Además, según señala el Dr. Oster, debido a que la nata contiene una enzima desintegradora de las proteínas de la leche, quitarle la grasa y por ende la enzima, haría menos digerible esas proteínas con el consiguiente trabajo extra para los riñones

La intolerancia a la lactosa 

La lactosa es un disacárido que el organismo tiene que romper para poder asimilarlo. La ruptura la lleva a cabo la enzima lactasa que va desapareciendo con la edad. En los pueblos de color, que tradicionalmente no han sido consumidores de leche, la perdida es total en torno a los 3 años de edad, mientras que en la raza blanca va disminuyendo lentamente a partir de los 3 años, prolongándose en los habitantes de países tradicionalmente consumidores de leche.

Las reacciones agudas a la leche, como calambres, hinchazón, gases y diarrea se deben  a la falta de lactasa. Esta intolerancia a la lactosa es visto por los médicos actuales como un desarreglo funcional cuando es perfectamente natural debido a que, fisiológicamente, a medida que la persona crece la producción de lactasa disminuye hasta casi desaparecer, esto es perfectamente lógico, pues el organismo es el primero que nos esta diciendo que la leche era buena cuando éramos bebes y que ahora ya no es un alimento necesario. Diversas culturas, que han necesitado consumir leche debido a carestías alimentarias han adaptado su organismo de manera que la producción de lactasa se continúa en la edad adulta pero el resto de habitantes han perdido esa capacidad.

También parece haber relación entre los cólicos de los bebes y la ingesta de leche de vaca de sus madres.

Hay una relación directa entre la enzima lactasa que hidroliza la lactosa y la melanina responsable del color de piel. Cuanto mayor sea la concentración de melanina, menor es la de lactasa.

En las personas que carecen de lactasa, la lactosa pasa al intestino donde fermenta por la acción de bacterias produciendo meteorismo, flatulencia y diarreas liquidas que es lo que se conoce como la intolerancia a la lactosa.

En los individuos con reducidas cantidades de lactasa se observa un efecto de acidificación que se manifiesta con un aumento del nitrógeno. La alergenicidad de las proteínas de la leche de vaca es sinérgicamente aumentada por la reacción de la lactosa.

Una leve intolerancia a la lactosa pasa desapercibida pero, poco a poco va creando un déficit de hierro que se observa en niños alimentados con leche de vaca. La irritación creada por la fermentación hace que los intestinos sangren cantidades inapreciables pero continuas.

Además la lactosa es un potenciador de la asimilación de metales pesados (cadmio, plomo y mercurio) altamente tóxicos para el organismo y que se encuentran, gracias a la contaminación, en casi todos los alimentos.

El “estrés” del sistema inmunitario

El bebé humano asimila perfectamente la caseína de la leche materna, pero no puede hacer lo mismo con la caseína de la leche de vaca, que pasan al intestino parcialmente digeridas, debido al efecto neutralizante que ejerce la leche sobre la acidez estomacal necesaria para su ruptura. Este problema se agrava en los adultos, ya que con la edad disminuye la cantidad de renina gástrica, que es la primera enzima necesaria para comenzar la ruptura de las grandes moléculas de caseína.

La caseína no hidrolizada (no digerida) es una sustancia viscosa (se emplea como pegamento en relojería y en carpintería), que en algunas personas se deposita en los folículos linfáticos que rodean al intestino, impidiendo la absorción de otros nutrientes y contribuyendo a la fatiga crónica y a alteraciones intestinales diversas. Los fragmentos pequeños procedentes de la hidrólisis parcial de la caseína pueden atravesar en ciertas condiciones las paredes intestinales y desencadenar una respuesta inmunológica que sobrecarga al hígado, bazo y riñón. Si no consiguen ser eliminados se adhieren a capilares sanguíneos o pasan a los líquidos intersticiales alterando diferentes estructuras.

Dos de las 25 proteínas antigénicas de la leche de vaca, la caseína y la gammaglobulina bovina, son altamente inmunogénicas, lo que quiere decir que plantean una fuerte demanda al sistema inmune para producir grandes cantidades de anticuerpos.

En condiciones normales, estas proteínas no digeridas son expulsadas por las heces pero en caso de déficit de IgA, son absorbidas en el flujo sanguíneo en su totalidad y contribuyen al desarrollo de una variedad de enfermedades relacionadas con la autoinmunidad, incluyendo artritis reumatoide, lupus, cánceres... Parece que esta falta de IgA es una de las más comunes deficiencias inmunitarias todavía no diagnosticadas. En el caso de los niños, que tienen su sistema inmune inmaduro, la IgA es proporcionada por la leche materna y carece de ella la leche de vaca.

Aproximadamente existen deficiencias de IgA medibles, en aproximadamente 1 de cada 700 americanos.

En resumen: los lácteos tienen un alto contenido en antígenos que “agotan” el sistema inmune, haciéndonos más vulnerables a las infecciones y a enfermedades directamente relacionadas con nuestro sistema inmunológico.

En los alimentos y en las bacterias existen unas moléculas llamadas lectinas con propiedades aglutinantes, es decir, forman aglutinógenos, sustancias contra las que el sistema inmunitario responde. Según el doctor Peter D´Amo, cuando las lectinas atraviesan las paredes intestinales y llegan a la sangre reaccionan con ciertos componentes de la misma y producen aglutinaciones. Ciertos alimentos producen aglutinaciones solamente en un tipo de sangre, pero no reacciona con otros tipos. Por ejemplo, la leche tiene unas lectinas parecidas a las del grupo B sanguíneo, si una persona del grupo A bebe leche, su sistema comenzara inmediatamente el proceso de aglutinacion  a fin de rechazarla.

Se han descrito muchos problemas relacionados con los lácteos. Entre ellos podemos citar: problemas circulatorios, alergias, inmunodepresión, diabetes juvenil, enfermedades otorrinolaringológicas, asma, acumulación de mucosidades, especialmente en los órganos genitales femeninos y en el aparato auditivo.

Según el doctor francés Gauvin, las enfermedades de garganta, nariz y oídos se deben al elevado consumo de yogures y de leche y el jefe del hospital pediátrico John Hopkins, el Dr. Oski, asegura que muchos casos de asma y sinusitis mejoran o incluso desaparecen cuando se eliminan totalmente los lácteos de la dieta.

Otra complicación que resulta del consumo de la leche de vaca es la nefrosis, grupos de investigadores de diferentes universidades han identificado esta enfermedad en niños con edades de entre 10 y 14 años. Cuando la leche era eliminada de la dieta de estos niños, la perdida de proteínas en la orina cesaba y se recuperaban rápidamente. Se cree que es debido a la sobrecarga que recibe el riñón al intentar eliminar los complejos antígeno-anticuerpo de la caseína.

Las mujeres sufren más que los hombres los efectos constructores y bloqueadores de los productos lácteos, y los problemas y tardan más tiempo en curarse y desde el punto de vista natural podemos explicarlo debido a que lo normal es que la leche salga de la mujer y no sea al revés. Cuando se invierte el flujo, el sistema energético da marcha atrás y todo queda bloqueado.

El consumo de lácteos parece estar fuertemente ligado a diversos trastornos del sistema reproductor femenino, entre ellos, tumores y quistes ováricos, secreciones, infecciones vaginales e incluso infertilidad. 

En la actualidad se ha disparado el consumo de leche y los estudios estadísticos nos revelan para ellos un mayor índice de cánceres, osteoporosis y su relación en muchos problemas de salud actuales

Todas las personas con problemas de salud deberían disminuir o eliminar los lácteos de su dieta, especialmente aquellos que padezcan de alergias cutáneas o respiratorias así como todos los alimentos industriales que contengan caseína.

Las caseínas están presentes en todos los lácteos ( leche, quesos, yogurt...) siendo mas problemáticas en los quesos industriales, por su mayor concentración. Los quesos de leche no manipulada por la industria, fermentados artesanalmente plantean menos problemas antigénicos.

Las grasas saturadas

La concentración de grasa en los derivados de la leche entera es superior a la de las carnes mas grasas que, al igual que en ellas, son saturadas en su mayor parte. Los ácidos grasos de la leche y sus derivados tienen 12, 14 y 16 átomos de carbono, lo que les confiere un poder aterogénico (formador de placas de grasa en las arterias)  por encima de los ácidos grasos de las carnes de ternera o de vaca, en las que predomina el ácido esteárico de 18 carbonos.

Los lácteos contienen ácido araquidónico, un ácido graso precursor en las células de prostaglandinas PGE2 mediadoras en los procesos inflamatorios.

Además, el contenido en colesterol es muy superior al de los alimentos que tienen fama de ser ricos en el. Una sola taza de leche entera tiene 34 mg de colesterol, mientras que una loncha de beicon solo 3 mg. Al beber un litro de leche se ingiere el colesterol equivalente a 53 lonchas de beicon.

Las cosas empeoran con la industrialización. La pasteurización hace las grasas mas saturadas, y la homogeneización facilita el paso a través de las paredes intestinales de las finísimas partículas de grasa sin previa digestión, lo que hace que se eleven los niveles de colesterol y de grasas saturadas en la sangre.

No nos engañemos con el termino comercial “bajo en grasa”, en el caso de la leche “baja en grasa” contiene un 2% de grasa que significa que por cada 100 g de leche 2 son de grasa, pero no hay que olvidar que el 87% de la leche es agua. Este 2% supone entre 22 y 33% del total de kilocalorías. Para entender esto podemos decir que en un vaso de leche desnatada has mas grasa que en tres lonchas de beicon. Pocos son los beneficios que se obtienen al optar por leches desnatadas, sobre todo teniendo en cuenta que la caseína sigue intacta.

En las grasas es donde los animales acumulan los tóxicos que no pueden eliminar, son de difícil digestión y en su metabolismo producen sustancias que acidifican nuestra sangre. Todo ello sobrecarga el hígado.

Pero no hay que olvidar que de los lácteos, lo menos perjudicial son sus grasas y sin embargo es de lo único que se nos previene.

En la relación entre cánceres y consumo de grasas saturadas tiene especial conexión el abuso de lácteos y el cáncer de mama.

El excesivo consumo de grasas saturadas, especialmente carne roja y lácteos, activa la síntesis hepática de colesterol, siendo más peligrosa que el propio colesterol de los alimentos que, en cambio, la inhibe.

 

Leches enriquecidas

La leche enriquecida con vitamina E sintética puede privar al organismo de magnesio.

La adición de vitamina D sintética a la leche de vaca parece ser también causa  de bastantes problemas. Esta vitamina favorece el depósito de calcio en el cuerpo. Estimulado artificialmente, el calcio suele depositarse en lugares no convenientes. Por ese motivo, la vitamina D sintética ha sido identificada como factor causal de frecuentes daños al sistema cardiovascular, calcificación de los riñones, depósitos en órganos femeninos, quistes y retraso mental.

 

Las hormonas y sus consecuencias

La leche de vaca contiene las hormonas necesarias para el rápido crecimiento de los terneros. Las mas importantes son los factores de crecimiento epitelial, estas hormonas podrían explicar el uso de la leche frente a la ulcera de estómago en la que harían crecer la mucosa estomacal cerrando la ulcera. Pero estas hormonas también podrían ser responsables del crecimiento de tejidos epiteliales en los cánceres.

En el caso de la hormona IGF-I, numerosos estudios la relacionan con la formación de diversos tumores como los de tiroides, huesos, riñones, mamas, etc. Estas hormonas no son destruidas en el estomago debido a la disminución del Ph que se produce y gracias a la homogeneización pasan intactas a la sangre. Los niveles de IGF-I son muy superiores en la leche de las vacas inyectadas con BST, hormona obtenida por ingeniería genética recombinando una hormona natural de la vaca con el material genético de una bacteria y que hace aumentar la producción láctea.

Aparte de esta hormona, en cada vaso de leche que tomamos ingerimos un cóctel de hormonas pituitarias, hipotalámicas, esteroideas, pancreáticas, tiroideas, paratiroideas, adrenales, sexuales, etc. De éstas, la progesterona está relacionada en el desarrollo de acné y los estrógenos en las alteraciones del aparato reproductor femenino.

Por otra parte, diferentes estudios muestran una mayor incidencia de cánceres linfáticos en aquellas personas consumidoras de leche (The Lancet, November 27: 1184, 1976 y British Med. J., 61: 456-9, 1990).

 

Una buena dosis de tóxicos

Cualquier mamífero lactante excreta toxinas a través de su leche. Estas incluyen pesticidas, antibióticos, productos químicos, hormonas e incluso glóbulos blancos (pus), procedentes de las mastitis. Además de virus y bacterias, o al menos las toxinas que estas producen.

Además de esos tóxicos naturales están los añadidos por la industria láctea. Por ejemplo, la vitamina D sintética que en sobredosis es tóxica, o los numerosos aditivos autorizados, muchos de ellos suspendidos en otros países y no en España.                

Los lácteos no solo aumentan nuestra carga de tóxicos, sino que además dificultan la eliminación de los mismos. La leche disminuye las descargas biliares que son uno de los vehículos de expulsión de toxinas. En personas delicadas de estomago esta inhibición hepática les alivia momentáneamente sus dolencias de ahí que se encuentren bien al tomar leche pero no olvidar que es a expensas de acumular aun mas tóxicos.

También la leche materna esta contaminada con pesticidas, este hecho a llevado a decir a mas de un interesado de turno que es mejor el consumo de leches preparadas para los bebes en vez de hacer hincapié en la alimentación natural de la madre, ya que la mayor fuente de pesticidas son precisamente la carne y los lácteos. De hecho,  en este estudio, las madres vegetarianas tenían la mitad de niveles de pesticidas en su leche que las madres carnívoras.

 

Diabetes infantojuvenil

Son varios los estudios científicos que muestran la relación entre las proteínas de la leche de vaca y la diabetes juvenil.

Según los doctores Hans y Michael Dosh del hospital infantil de Toronto, los anticuerpos originados en el organismo de los niños por la ingesta de leche animal, reacciona con la molécula p69 de las células de los islotes de Langerhans del páncreas, lo que explica el espectacular aumento de la diabetes en los años 60 en EEUU y Europa (New England Journal of Medicine. Julio 1992).

Otro estudio realizado en Finlandia revela que los niños diabéticos tienen por lo menos ocho veces más anticuerpos frente a las proteínas de la leche que los niños sanos (Diabetes Research 7 (3): 137-140. Marzo 1988).

De múltiples estudios podemos deducir que niños que no se han expuesto a los lácteos en tempranas edades tienen un riesgo muy bajo de desarrollar diabetes. Es decir, que serian necesarias cantidades de lácteos muy pequeñas para desencadenar diabetes en niños genéticamente predispuestos.

 

El yogurt y el kéfir.

Ambos son transformaciones de la leche por un proceso natural de fermentación. Con ellos evitamos el problema de la lactosa ya que es transformada en ácido láctico beneficioso para nuestros intestinos. También contiene diversos microorganismos como Lactobacillus Bifidus que repueblan la flora bacteriana intestinal. Pero no todo el ácido láctico es metabolizado, se sabe que de ese ácido láctico un 50 % es levógiro y el otro dextrógiro. El levógiro no encaja con nuestro sistema enzimático y tiene que ser eliminado por el riñón. Esto podría explicar el aumento de insuficiencia renal infantil cuando se puso de moda dar 4 yogures diarios a los bebés.

En los modernos yogures con bífidos activos, todo el ácido láctico es dextrógiro y asimilable. Los lactobacillus van disminuyendo pasadas 24 horas desde su preparación por lo que para beneficiarnos de los mismos tenemos que hacer el yogurt en casa.

No obstante, todos los fermentos lácticos de la leche, especialmente el kéfir, se digieren mejor que la leche y no neutralizan la acidez estomacal, por lo que sus proteínas resultan menos antigénicas que las de ella.

Al igual que con la leche, observamos una intensa manipulación físico-química del yogurt por parte de la industria en la que se le añade vitaminas sintéticas, azúcar, calcio, etc. que transforman un alimento natural en artificial.

 

El Calcio

Siempre que se sugiere que han de evitarse la leche y sus derivados, surge la inevitable pregunta: ¿Y de donde voy a sacar el calcio?. Se nos ha hecho un lavado de cerebro para que creamos que solo lo encontramos en la leche, pero, ya sabemos que grandes animales no consumen precisamente leche para mantener sus grandes osamentas, por el contrario, consumen alimentos naturales, es decir, hojas, hierba y otras materias vegetales.

No existe acuerdo entre las distintas organizaciones de la salud sobre la CDR (Cantidad Diaria Recomendada) de calcio. Encontramos recomendaciones de 800 mg / día de la Academia Nacional de las Ciencias en EEUU, entre 400 y 500 mg / día por parte de la O.M.S. y luego nos encontramos con países como Ghana donde la media diaria es de tan solo 8 mg. Curiosamente, son los americanos los que mas perdidas dentales y fracturas por osteoporosis tienen. Estos problemas son prácticamente desconocidos entre los ghaneses.

El doctor Alexander Walker del Instituto de Investigación Médica de Sur África, comparo los africanos con los caucasianos. Observo que pese a que los africanos consumían menor cantidad de calcio tenían menor índice de osteoporosis que los caucasianos.

La O.M.S. concluye que no hay evidencias convincentes de que una ingesta de calcio inferior a 300 mg al día sea dañina para la salud. No obstante, se sabe que demasiado calcio y demasiado poco puede conducir a alteraciones de la salud. Lo que no se sabe es cuanto es demasiado poco.

La Real Academia Americana de Pediatría nos dice que las cantidades de leche recomendadas para el consumo diario de adolescentes (entre 3 y 4 vasos al día) están por encima de los requerimientos necesarios para el normal crecimiento del esqueleto.

La leche humana contiene menos calcio que la de vaca. Sin embargo, el bebe que mama absorbe mejor el calcio de la leche materna que los bebes que no maman y toman leche de vaca. La razón, entre otras, parece estar en el contenido en fosfatos mayor en la leche de vaca que en la materna. Los fosfatos en exceso pueden combinarse con el calcio en el tracto digestivo impidiendo su absorción, como ya hemos visto.

La cantidad de calcio en la dieta, es solo uno de los factores que determinan cuanto calcio es asimilado. El organismo puede auto regularse en casos puntuales de déficit de calcio en la dieta. En este caso, la absorción intestinal aumenta y la excreción renal disminuye. Así ocurre en el crecimiento, en el embarazo y en la lactancia.  

La absorción de calcio es siempre un proceso ineficaz ya que tiende a combinarse con diferentes elementos en la digestión, formando fosfatos insolubles, carbonatos, oxalatos o jabones. Normalmente solo es absorbido del 10 al 20 % del calcio presente en los alimentos, siendo el resto excretado.

Alimentos ricos en calcio

-   Las legumbres y frutos secos

Las verduras de hojas verdes: es el alimento de grandes animales que soportan su peso gracias a grandes y fuertes huesos. Las más indicadas son las que tengan bajo contenido en oxalatos. Ejemplo: brécol, coles, perejil, berros, ortigas, repollo, hojas de mostaza y de nabos, grelos, diente de león, berzas. Se deben de cocer poco y masticar bien. Espinacas, ruibarbo y cacao contienen cantidades importantes de calcio pero también de oxalatos que impide su correcta absorción intestinal.

-   Las algas, verduras del mar. Una sola cucharada de algas iziki cocidas tienen mas calcio que un vaso de leche.

-   Semillas de sésamo y sus derivados

-   El salmón, sardinas

-   Sopas preparadas con huesos (de pescado o ave) y con una cucharada de vinagre de vino. (extrae el calcio)

 

Entre los elementos que dificultan la absorción de calcio tenemos:

-   Los antiácidos

-   La fibra

-   Los fosfatos procedentes de los aditivos químicos

-   Los carbonatos y los oxalatos

 

Entre los elementos que favorecen la absorción de calcio tenemos:

-   Un correcto medio ácido en el estomago (los complementos de calcio no deben ser en forma de carbonatos que neutralizan la acidez del estomago, son mejores los citratos)

-   La presencia en los intestinos de vitamina D activa que se consigue naturalmente tomando el sol o comiendo pescado azul y teniendo en buenas condiciones los órganos hígado y riñón y no comprando productos enriquecidos con vitamina D sintética.

 

Alimentos que aumentan la eliminación renal de calcio

Los alimentos refinados no contienen (o contienen en  pequeña proporción) minerales. De entre estos alimentos refinados, el más peligroso es el azúcar blanco. Este tipo de alimentos “sustrae” el calcio de los huesos cuando el riñón ha llegado a su limite de neutralización de ácidos. El azúcar y los refinados producen falta de minerales, sobre todo de magnesio, imprescindible para la formación del hueso. Tras la ingestión de una cantidad considerable de azúcar se produce un aumento de la excreción urinaria de calcio.

Un déficit de calcio se corrige suministrando magnesio mejor que calcio. El magnesio favorece la absorción de vitamina D, indispensable para que el calcio atraviese la pared intestinal.

Por el contrario, un paciente deficitario en calcio y magnesio, vera sus defectos agravarse por el tratamiento con calcio, pues este ultimo disminuirá la absorción del magnesio alimentario, que disminuirá la absorción de vitamina D, que a su vez disminuirá la absorción de calcio. Se vera metido en un circulo vicioso que agravara su estado.

Por otro lado, una dieta rica en proteínas aumenta la eliminación renal de calcio porque (al igual que el azúcar) acidifica la sangre, y la sangre ácida disuelve el calcio de los huesos.

El consumo de solanáceas (tomates, patatas, pimiento, berenjenas, tabaco) afecta al equilibrio del calcio. Es posible, que el calcio quede retenido por las solanáceas y no se asimile. Una dieta rica en solanáceas y baja en calcio da síntomas de pérdida de calcio como uñas quebradizas, caída de pelo, encías dolorosas, caries dentales, etc. El problema se soluciona eliminando solanáceas y no aumentando los lácteos.

En cuanto a los vinagres, vino y cítricos observamos que requieren la acción neutralizante del calcio durante el metabolismo, de manera que, su consumo debe ir acompañado de productos ricos en calcio, es decir, es prudente consumir vino con queso, y poner vinagre a la ensalada si hay crema o queso en el resto de la comida, etc. Es decir, siempre unir esos productos a otros ricos en calcio.

El café, las bebidas alcohólicas y la sal producen perdida de calcio. Los efectos del café son menos graves.

 

El calcio de los lácteos

Desde luego que los lácteos no son la mejor fuente de calcio. Su deficiencia en magnesio, su exceso relativo de fósforo y su carga proteica, son algunas de las razones.

El doctor americano William Ellis, afirma que después de realizar mas de 25000 análisis de sangre encontró que los niveles mas bajos de calcio correspondían a personas con la costumbre de tomar tres, cuatro o cinco vasos de leche al día.

Para absorber calcio, el cuerpo necesita de magnesio y los lácteos son pobres en este mineral, sin el solo se absorbe el 25% del calcio en ellos contenidos. El resto supone un problema, el cuerpo lo puede utilizar para hacer calcificaciones en diferentes lugares como las arterias, riñones, articulaciones, etc.

Un extenso estudio epidemiológico realizado en China y Taiwan sobre varios centenares de factores alimenticios y psicosociales, demuestra entre otras cosas el papel desmineralizante de la leche animal en el adulto. Cuando los chinos introducen la leche en su dieta, se produce un aumento de la osteoporosis. No deberíamos extrañarnos, es bien conocido que la osteoporosis en una enfermedad de los países occidentales, grandes consumidores de lácteos.

 

Osteoporosis

Mas que en suministrar calcio, debemos evitar que este se pierda ya que la osteoporosis es un problema de perdida no de carencia.

Si el déficit de calcio fuera el responsable de la osteoporosis en los países desarrollados no existiría esta enfermedad, pues son grandes consumidores de lácteos. Curiosamente en la actualidad hay mas osteoporosis que en los años 40 y desde entonces el consumo de lácteos a crecido enormemente y es que esta enfermedad esta mas ligada al exceso de proteínas que al bajo consumo de calcio. Un ejemplo lo tenemos en los Bantus del Sur de África, con dietas bajas en proteínas ( 12 % de calorías) que son sobre todo de origen vegetal, y con pequeñas cantidades de calcio ( entre 200 y 350 mg/día), prácticamente no conocen la osteoporosis, y las mujeres, que tienen 6 o mas hijos, los amamantan sin problemas durante mucho tiempo. Cuando estas mujeres africanos emigran a EEUU, comienzan a desarrollarla, la razón esta clara: el cambio de dieta.

El calcio se pierde cuando el organismo esta muy cargado de tóxicos, especialmente aquellos que lo acidifican. Entre estos destacamos: alcohol, tabaco, café, sal, azúcar, dulces y refinados. Las proteínas concentradas en exceso: carnes rojas, embutidos, quesos, huevos.

Una ingesta alta de proteínas puede aumentar la eliminación de calcio, mientras que muy poca cantidad puede reducir su absorción intestinal.

Un estudio realizado con mujeres posmenopáusicas americanas muestra como sus huesos empeoran al aumentar el consumo de lácteos (Am. Journal of Clin. Nutritions, 1985).

El exceso y el tipo de proteínas que los lácteos suministran, son una de las causas más importantes de la osteoporosis.

 

Sustitutos de la leche

En principio no seria correcto hablar de sustitutos de la leche puesto que la misma no debería ser un alimento necesario en el adulto. El tema del calcio es ampliamente tratado más adelante.

En todo caso, existen una amplia variedad de las mal llamadas “leches vegetales” hechas a partir de cereales y legumbres. Buen ejemplo son las leches de arroz, avena, almendras, avellanas, sésamo, chufas, etc. El inconveniente es que, hoy en día,  son muy caras pero las podemos hacer perfectamente en casa. La otra ventaja de estas “leches” es que son la alternativa natural de alimentación del bebe que no puede lactar de su madre, si bien su elaboración es mas cuidadosa.

 

Consejos generales

-   Eliminar los lácteos (sobre todo la leche liquida) de la dieta diaria, y con              mas razón si padece de enfermedades importantes.

-   Eliminar el azúcar blanco de la dieta.

-   No tomar fibras dietéticas en las comidas principales, y menos en las ricas en calcio.

-   No consumir alimentos industriales que contengan fosfatos como aditivos ( E-442, E-450 y E-338 a E-343). Se encuentran en: embutidos, quesos fundidos, patatas fritas, cremas lácteas, postres de frutas enlatadas, bebidas carbónicas, etc.

-   Consumir productos naturales y, en todo caso, los mas naturales que se presenten, es decir, sin añadidos artificiales.(minerales, vitaminas, desnatados, etc.)

-   Evitar tomar antiácidos.

-   Usar buenos aceites, que ayudan a la absorción del calcio

-   Consumir pescado azul y hojas verdes. No abusar de proteínas concentradas (carne, huevo, quesos...). Disminuir el consumo de solanáceas: patatas, pimientos, berenjenas y tomates. Estos alimentos alteran el metabolismo del calcio y lo retiran rápidamente de la sangre y producen inesperados calambres y contracturas musculares, depositándolo en lugares erróneos, como en los tejidos blandos, articulaciones, arterias y riñones. ( ver alimentos mas arriba).

-   No consumir bebidas carbónicas, el Co2 puede precipitar el calcio intestinal impidiendo su absorción.

-   Evita las comidas muy saladas y el uso de bicarbonatos.

 

Conclusión

Como podemos observar, las leyes naturales nos dicen que la lactancia es, exclusivamente, un proceso de alimentación de los mamíferos cuando nacen. Seguir lactando tras el periodo de la infancia, y encima, hacerlo de una vaca, es transgredir las leyes naturales. El problema sobreañadido es que ese hecho antinatural la industria alimenticia lo convierte además en un hecho artificial con la manipulación a la que somete la leche, una leche que no proviene de vacas que pastan libremente en el prado, tal y como se ve en los anuncios, sino que es exprimida a base de succión continua a unos pobres animales inmovilizados, alimentados con basura y hartos de hormonas y antibióticos que terminan muriendo agotados en la mitad de tiempo que deberían vivir.

Para nada la leche es el mejor aporte de calcio, causa un gran estrés del sistema inmune, acumula gran cantidad de mucosidades, impide la eliminación de tóxicos y esta relacionado con múltiples e importantes problemas de salud tanto en niños como en adultos.

La sociedad actual no tiene tiempo de ocuparse de su salud y se deja aconsejar por sus organismos oficiales que velan por su salud y bienestar y que son los mismos que luego ponen el grito en el cielo cuando se “enteran” de problemas como el de las “vacas locas” o de los piensos contaminados, o del uso de antibióticos prohibidos en animales, pero son los mismos que permiten el uso de aditivos tóxicos en alimentos, los que se pasan los controles de los alimentos a la ligera, los mismos que hacen oídos sordos a estudios científicos sobre los problemas de tal o cual alimento o medicamento pero que va en contra de los intereses económicos de alguien. Nadie se va a ocupar de nuestra salud mas que nosotros mismos y es por eso que siempre tenemos que estar alerta y prevenidos y desconfiar de esos organismos oficiales creados para mantener determinados intereses y ni aun así estaremos libres de sucumbir en esta sociedad.

 

 

 


Escribir comentario

Comentarios: 0